Entre tu piel y la mía hay palabras que no entendemos
pero tienen ellas formas de encontrarse
en los resquicios de la noche
y en las pérgolas del amanecer.
Casi soy el incendio de tu boca,
esencia de especias y rumor del azúcar,
mientras el deseo es arco iris de colores
estremeciendo tu cuerpo y el mío.
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